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andomo65

25 ago 2010

Así deberia ser el despacho de Rubalcaba...

La caseta, junto al Museo Militar, sustituyó a una sola silla por “motivos estéticos”. / R. G

Un zulo insalubre y sombrilla de playa: puesto de la Guardia Civil en Melilla


Los agentes realizan turnos de 24 horas en una caseta de un metro cuadrado sin luz ni aire acondicionado. La basura se acumula en el acceso a la cabina de El Far
La desidia del Ministerio del Interior en la mejora urgente del deplorable estado en que se encuentran algunos de los puestos de vigilancia de las Fuerzas de Seguridad del Estado en Melilla es total. Con la polémica surgida estos días a raíz de las agresiones sufridas por mujeres policía españolas en la frontera con Marruecos, las denuncias sobre las malas condiciones en que desempeñan su labor los agentes del orden se han repetido, y no les falta razón.
Un caso flagrante es el de la garita que se halla situada en el Baluarte de la Concepción, junto al Museo Militar de la ciudad autónoma. El pésimo estado de habitabilidad en que está dicho zulo de vigilancia ha llevado a la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) en esta delegación a denunciar los hechos al jefe de la Comandancia del Instituto Armado en Melilla, sin éxito alguno.
Las quejas de los agentes que prestan aquí servicio desde que se estableció el mismo en este punto hace tres años, no han cesado. Al principio, fueron a título individual, la AUGC en Melilla se constituyó el pasado junio, cuando los vigilantes permanecían las 24 horas del turno a la intemperie, con el “único refugio, en caso de lluvia, de un cuarto de baño de dimensiones diminutas”. Así lo explicó ayer a LA GACETA Ramón Carrasco, secretario de Relaciones Institucionales del citado sindicato de la Benemérita. “En este contexto, cada agente optó por llevarse de su casa al puesto una sombrilla de playa, hasta que los mandos, aludiendo “motivos estéticos” por ser el lugar patrimonio histórico, decidieron fijar una sombrilla y cambiaron la silla por una casetilla de madera”, relata.
El habitáculo, de dimensiones similares a una cabina de teléfono, no dispone de electricidad, iluminación, calefacción ni mucho menos aire acondicionado.
Es más, apuntó el portavoz del sindicato, incluso han aparecido ratas merodeando e introduciéndose en la garita desde que se iniciaron unas obras en los muros del museo. Ante semejante panorama, el secretario de Comunicación del Partido Popular, Esteban González Pons, en su reciente visita a Melilla, no dudó en lamentar las “condiciones decimonónicas” en que trabajan los agentes allí destinados.

Foco infeccioso

Otro de los puestos indignos se observa en el punto conocido como El Faro. Para acceder a la garita, en la parte superior del inmueble, los guardias civiles tienen que cruzar una “nube de basura” hasta acceder a una escalera en ruinas que les lleva a la zona desde la que controlan la entrada ilegal de inmigrantes.
No existe, afirma Carrasco, ningún servicio de limpieza ni ningún tipo de inspección ordinaria. De este modo, Interior viene incumpliendo la normativa estatal de prevención de riesgos laborales aplicada a la Benemérita y aprobada en 2005. Arriba, en la cabina, las ventanas tienen que estar abiertas también de noche porque, en caso contrario, no se ve con las lentes térmicas a través de los cristales.