Un agente del instituto armado es obligado a trabajar en el aeropuerto pese que camina ayudado de un bastón
Un guardia civil de uniforme y con muletas es la imagen que puede verse en el aeropuerto de San Pablo. El agente está obligado a trabajar al ser declarado por un tribunal apto pero con limitaciones para el servicio. Lleva once años padeciendo problemas en la rodilla derecha y desde hace tiempo tiene que caminar con la ayuda de un bastón. Sin embargo, la Dirección General de la Guardia Civil lo mantiene en su puesto revisando con un escáner el contenido de las maletas que se facturan en la terminal del aeródromo sevillana.
La Unión de Guardias Civiles (UGC) ha emitido un comunicado para denunciar la situación de este agente y de los entre 500 y 1.000 miembros del instituto armado que se estima que se encuentran en la misma situación que él en todo el territorio nacional, bajo la calificación laboral de apto con limitaciones.
El guardia civil destinado en el aeropuerto de San Pablo sufre una osteocondritis y una meniscopatía degenerativa en la rodilla derecha, así como una espandiloartrosis tanto lumbar como cervical. Todo es consecuencia de un accidente laboral in itinere que padeció hace ahora once años. Tras cuatro operaciones, sólo ha podido trabajar uno de estos once años, con la ayuda de una muleta y de uniforme. Para evitar que pueda ser visto por los viajeros, este guardia civil está destinado en el patio de maletas, unas dependencias internas a las que no pueden acceder los usuarios del aeropuerto de San Pablo. "Permanece escondido allí porque en otro lugar daría muy mala imagen", explica la UGC en su comunicado.
Este sindicato entiende "necesario" que se realicen revisiones extraordinarias de muchos guardias civiles declarados por los tribunales médicos militares como útiles y aptos con limitaciones, "con discapacidades para desarrollar su función como miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, obligados a proteger a los ciudadanos en condiciones tan lamentables". Esta asociación profesional de guardias civiles explica casos de agentes que se encuentran en tratamiento quirúrgico tras extirpársele una fístula y a los que se ha dado de alta. "Normalmente los mandos más directos suelen ser más sensibles con la enfermedad y los colocan en otras labores que no perjudiquen a su salud, mientras que los garantes de la misma, la sanidad militar, no velan por ella", concluye la denuncia de la UGC.
La Unión de Guardias Civiles (UGC) ha emitido un comunicado para denunciar la situación de este agente y de los entre 500 y 1.000 miembros del instituto armado que se estima que se encuentran en la misma situación que él en todo el territorio nacional, bajo la calificación laboral de apto con limitaciones.
El guardia civil destinado en el aeropuerto de San Pablo sufre una osteocondritis y una meniscopatía degenerativa en la rodilla derecha, así como una espandiloartrosis tanto lumbar como cervical. Todo es consecuencia de un accidente laboral in itinere que padeció hace ahora once años. Tras cuatro operaciones, sólo ha podido trabajar uno de estos once años, con la ayuda de una muleta y de uniforme. Para evitar que pueda ser visto por los viajeros, este guardia civil está destinado en el patio de maletas, unas dependencias internas a las que no pueden acceder los usuarios del aeropuerto de San Pablo. "Permanece escondido allí porque en otro lugar daría muy mala imagen", explica la UGC en su comunicado.
Este sindicato entiende "necesario" que se realicen revisiones extraordinarias de muchos guardias civiles declarados por los tribunales médicos militares como útiles y aptos con limitaciones, "con discapacidades para desarrollar su función como miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, obligados a proteger a los ciudadanos en condiciones tan lamentables". Esta asociación profesional de guardias civiles explica casos de agentes que se encuentran en tratamiento quirúrgico tras extirpársele una fístula y a los que se ha dado de alta. "Normalmente los mandos más directos suelen ser más sensibles con la enfermedad y los colocan en otras labores que no perjudiquen a su salud, mientras que los garantes de la misma, la sanidad militar, no velan por ella", concluye la denuncia de la UGC.