Primera, llevar a cabo la demolición controlada de las estructuras ejecutadas hasta este momento restituyendo el lugar a su estado anterior, siendo pagados los gastos por los responsables políticos de este desaguisado, por los miembros del Jurado y por el autor del proyecto (esta segunda parte de la parte contratante de la primera parte ha de servir para todas las demás partes de esta propuesta-contrato).
Segunda, detención de las obras en su estado actual y desarrollo de un programa revegetativo que cubra de naturaleza la ignominia de este proyecto, de manera que las setas, vestidas de sedas verdes, contribuyan a la sostenibilidad de la ciudad, al tiempo que recobran verdadera y animada vida.
Tercera, paralización del proyecto y convocatoria de un nuevo concurso internacional de ideas que tenga como único objetivo convocar un nuevo concurso internacional de ideas para poder volver a convocar un nuevo concurso internacional de ideas y así hasta la eternidad.
Cuarta, destinar el Metropol Parasol en su estado actual a Centro de Interpretación Internacional de los Desastres Patrimoniales de manera que de su ejemplo se eviten en lo sucesivo intervenciones similares en cualquier otro lugar del mundo.
Quinta, ofertar la Encarnación a los artistas, escritores, cuentistas, vendedores ambulantes, titiriteros, músicos, funanbulistas, vendedoras de romero y buenaventuras y demás oficios del arte, para que cada mañana, como sucede en la Plaza de Jamaa el Fna de Marraquech, se opere el milagro de la vida.
Segunda, detención de las obras en su estado actual y desarrollo de un programa revegetativo que cubra de naturaleza la ignominia de este proyecto, de manera que las setas, vestidas de sedas verdes, contribuyan a la sostenibilidad de la ciudad, al tiempo que recobran verdadera y animada vida.
Tercera, paralización del proyecto y convocatoria de un nuevo concurso internacional de ideas que tenga como único objetivo convocar un nuevo concurso internacional de ideas para poder volver a convocar un nuevo concurso internacional de ideas y así hasta la eternidad.
Cuarta, destinar el Metropol Parasol en su estado actual a Centro de Interpretación Internacional de los Desastres Patrimoniales de manera que de su ejemplo se eviten en lo sucesivo intervenciones similares en cualquier otro lugar del mundo.
Quinta, ofertar la Encarnación a los artistas, escritores, cuentistas, vendedores ambulantes, titiriteros, músicos, funanbulistas, vendedoras de romero y buenaventuras y demás oficios del arte, para que cada mañana, como sucede en la Plaza de Jamaa el Fna de Marraquech, se opere el milagro de la vida.
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