Primera hora de la mañana de un viernes en el aeropuerto civil de Cuatro Vientos (Madrid). Como cualquier otro día de la semana, el helicóptero de la DGT se dispone a realizar su servicio de vigilancia en las carreteras de la Comunidad de Madrid y sus alrededores. Su objetivo es controlar el tráfico y grabar las infracciones que cometen los conductores para su posterior denuncia.
generalmente en el pájaro de hierro viajan dos personas (el piloto y un agente de la Guardia Civil o un operador de cámara de la propia Unidad de Helicópteros)
Son las diez de la mañana. Tras solicitar permiso a la torre de control, el helicóptero toma pista y despega. Nuestro primer destino es la carretera M-607, en el tramo comprendido entre Cerceda y Colmenar Viejo. Mientras nos dirigimos hacia allí, Juanjo nos comenta que en esa zona “se suelen ver bastantes infracciones.”
Volamos a unos 1000ft (300 metros del suelo) y por el margen derecho de la vía (la cámara está ubicada en el lado izquierdo del helicóptero). Aunque existe una altura mínima de vuelo estipulada por la ley, el helicóptero de la DGT puede saltársela para cumplir bien su cometido. “Nuestro límite es el sentido común: no voy a poner en peligro la seguridad de los conductores por grabar una infracción.”
Las carreteras de doble sentido, como la M-607, son uno de los lugares donde se comenten más irregularidades
Mientras, Héctor maneja la cámara desde una consola en el asiento trasero: un joystick y una rueda le permiten controlar el movimiento de la cámara y el zoom, respectivamente. El operador vigila el tráfico a través de una pantalla, y, cuando visualiza algún vehículo susceptible de cometer una infracción, comienza a grabar (el sistema de video instalado en el helicóptero no graba todo el recorrido). “Normalmente se denuncia todo lo que captamos, salvo que no se haya grabado bien”, puntualiza Héctor.
El operador vigila el tráfico y graba las infracciones
El zoom de la cámara permite captar cualquier detalle, incluida la matrícula de los vehículos
De repente, observamos cómo un Citroën Xsara azul marino comienza a adelantar a un camión a escasos metros del inicio de la prohibición. Héctor graba toda la maniobra que, como no podía ser de otra forma, finaliza en una zona con línea continua. Es la primera infracción del día. A los pocos minutos, una motocicleta adelanta en un tramo en el que no está permitido. La cámara graba también esta maniobra ilegal.
“Nuestro objetivo no es multar, sino educar al conductor (jajaja)para que no haga maniobras peligrosas que pongan en peligro al resto. Enseguida vemos cuando uno circula nervioso y es posible que cometa alguna infracción. En ese momento, fijamos la vigilancia en él y comenzamos a grabar por si realiza alguna maniobra incorrecta”, apunta el piloto. “No obstante, cuando un conductor detecta nuestra presencia, cambia su conducta. Por este motivo, en algunas ocasiones me dejo ver ante ellos.”
De regreso a la base de la Unidad de Helicópteros
A continuación, nos dirigimos a otro punto de la sierra madrileña, concretamente a la carretera que discurre entre Galapagar y El Escorial (M-505). Tras sobrevolar los alrededores del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (las vistas son espectaculares), aterrizamos en una pequeña explanada que el piloto encuentra en un monte cercano. La verdad es que, hasta ese momento, pensaba que era necesario disponer de mucho más espacio para hacerlo.
Controlar las carreteras desde las alturas es una experiencia inolvidable
Nuevamente de vuelta al trabajo, aunque nuestra jornada con Juanjo y Héctor está llegando a su fin. Tras controlar otro rato el tráfico (no divisamos ninguna infracción), regresamos a la base de Cuatro Vientos.
Son las once y media de la mañana: nuestro servicio de vigilancia con el helicóptero de la Dirección de Tráfico ha concluido. El resultado de nuestra hora y media de vuelo son dos vehículos denunciados por adelantar en zona prohibida. Pero el trabajo para Héctor no ha acabado aún: ahora debe imprimir las infracciones que ha grabado y tramitar las correspondientes denuncias.”
Cómo se tramita la denuncia
Todas las infracciones que capta el servicio de vigilancia de la Unidad de Helicópteros de la Dirección General de Tráfico se graban en vídeo (Betacam-Digital). Tras aterrizar en la base, el agente de la Guardia Civil o el operador de cámara de la propia Unidad visualiza todo el contenido.
Acto seguido, almacena las imágenes, introduce la información relativa a la denuncia (matrícula y modelo del vehículo, lugar de la denuncia, etc.) y comprueba todos los datos en un ordenador conectado directamente a la central de la Dirección General de Tráfico. Finalmente, redacta la denuncia y la imprime
Tras seleccionar algunos fotogramas del vídeo de la infracción como prueba envía toda la documentación a la DGT, donde se tramita la denuncia definitiva y se hace llegar al conductor.
Las infracciones al volante no sólo se sancionan en la tierra, también en el cielo. Así que cuando cometas una falta al volante, no olvides que el pájaro de hierro puede estar al acecho.
La Unidad de Helicópteros de la DGT
Esta Unidad depende directamente de la Dirección General de Tráfico (no de la Guardia Civil), y cuenta con 19 aeronaves. Cubre todo el territorio español (excepto País Vasco y Cataluña) y tiene base fija en las ciudades más importantes: La Coruña, Madrid, Málaga, Sevilla, Valencia y Zaragoza. Durante los meses de verano presta, además, servicio en zonas turísticas como Alicante, Asturias, Cantabria, Islas Baleares...
Además de la vigilancia de las carreteras, tiene otros cometidos, como regular el tráfico, colaborar con los Ministerios, realizar acciones divulgativas (presentaciones y demostraciones) y de Protección Civil...
Tras finalizar su trabajo, todas las aeronaves de la Unidad de Helicópteros de Madrid se guardan en este hangar, situado en el aeropuerto civil de Cuatro Vientos
Ficha técnica
Modelo: Écureuil 2 (Francia)
Motor: Modelo biturbina (dos motores de +600 CV)
Altitud de vuelo: De 6,5 km (max.) a 300/400 m (normalmente)
Peso máx. al despegue: 2.600 kg
Velocidad máx.: 290 km/h
Número de plazas: 6
Autonomía de vuelo: 3.30 horas aproximadamente
Duración media de un vuelo de vigilancia: 2.30 horas (3 horas máximo)
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